La irrupción de nuevas tecnologías moldea la forma en que nos comunicamos, trabajamos y vivimos a través de la automatización, el aprendizaje de las máquinas, la robótica y la Inteligencia Artificial (Al). Estos términos, cada vez más usuales, están en el centro de la transformación digital. Tener acceso a cualquier producto desde un celular o solicitar un servicio de transporte desde una aplicación, son ejemplos de cómo el modelo de negocios ha cambiado por la innovación tecnológica que transforma la forma de vivir.
Para ser parte de este inundo es necesario desarrollar habilidades específicas en los profesionales del sector. Y son las universidades las que deben realizar los ajustes de contenidos para conectar los alumnos con la nueva economía. Diferentes escuelas de negocios y facultades de ingeniería del país han realizado cambios curriculares en sus programas de pregrado o están en proceso de hacerlo.
¿Quiénes deben encabezar este esfuerzo?
Las comunidades universitarias de regiones como Antofagasta, Valparaíso, Santiago y Biobío, pues concentran el mayor número de matrícula y centros de estudio, además de interesantes ecosistemas de innovación y emprendimiento. Además, presentan condiciones excepcionales para desama-llar y hacer crecer este esfuerzo en sectores productivos muy sensibles y de gran demanda para la economía, como minería, pesca, forestal y servicios, entre otros.
Todo esto debiera ser acompañado de ideas interesantes y audaces, fuera de las lógicas tradicionales de trabajo. Por ejemplo, que un estudiante destacado de una universidad de éstas u otras regiones reciba una transferencia de dinero del Estado -con una bonificación por provenir desde fuera de Santiago- para realizar estudios en el extranjero o desarrollar investigación. Un modelo de este tipo, en lugar de postular a una beca con el gasto de tiempo en burocracia, otorgaría a los estudiantes una herramienta eficaz para salir a competir con los mejores profesionales del mundo.
Ejemplos de este trabajo en todo el país. La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) incorporó la materia de tecnologías informáticas para capacitar a sus alumnos en el diseño de algoritmos y diagramas de flujo. La Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y la Universidad de Santiago (Usach) analizan abrir la asignatura de programación, mientras que la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM) afina una nueva malla curricular que integra aspectos de transformación digital.
El estudio "Brecha en el uso de internet: una expresión de la exclusión social" (Fundación País Digital, 2018) reveló que Antofagasta es la segunda región del país con mayor acceso a internet, con 79,9%, lo que deja ala zona en un pie inmejorable para satisfacer necesidades de este ámbito en el cluster minero más relevante del país.
El capital humano se está adaptando a estos cambios, pero como país necesitamos reforzar esta labor para abordar de buena forma fenómenos como nuevas formas de trabajo, atracción del talento, capacitación, flexibilidad laboral y automatización, entre otros.
Fecha: 19-12-2019
Medio: El Mercurio de Valparaíso