Como parte de los profundos cambios que experimentan amplios campos de la vida productiva, podemos entender la transformación digital como la aplicación de capacidades de este tipo al modelo de negocio para la reinvención de las empresas, surgida con el avance de las tecnologías de la información. Nos encontramos en un punto de inflexión en el que, para sumarse a este nuevo paradigma, las personas y las industrias deben adaptarse a este entorno.
Por Andrés Erlandsen,
Director Biwiser
En Chile el 65% de la población tiene miedo a que los robots reemplacen la fuerza laboral en el futuro, lo que se acentúa en los mayores de 45 años y en clases socioeconómicas más bajas, de acuerdo a la última Encuesta Nacional Bicentenario de la Universidad Católica 2019. Sumado a esto, el Foro Económico Mundial proyecta que para 2022 se destruirán 75 millones de trabajos al año a nivel global. Sin embargo, al mismo tiempo y de acuerdo a esa misma entidad, se prevé que las nuevas tecnologías generarán otros 133 millones de nuevos puestos laborales, la mayoría relacionados con las habilidades digitales y conocimientos matemáticos, informáticos y de ingeniería.
Nos estamos enfrentando a la revolución 4.0 y el temor es comprensible, porque la automatización implica cambios profundos en la composición del mercado laboral. Pero no podemos olvidar que el factor humano marca la diferencia para el éxito empresarial. La tecnología es excelente para ciertas tareas, y los humanos para otras. Lo óptimo es que, en esa alianza, la primera actúe como una extensión de la segunda. La transformación digital nos ayudará a mejorar nuestro trabajo, especialmente aquellos que son más sistemáticos y mecánicos, y las personas tenemos que ser capaces de identificar cómo agregar valor al trabajo, aportando análisis, entendimiento y estrategias. Si un desafío importante para las nuevas generaciones es ser capaces de internalizar los factores relevantes de la tecnologización, un elemento crucial tiene relación con los trabajadores mayores: desmitificar que trabajar con estas herramientas es complejo.
Se debe impulsar a las personas a que las utilicen como aliadas para hacer las tareas de manera eficiente. Los empleados, especialmente los mayores, deben capacitarse y entender las tecnologías que están disponibles, lo que les facilitará su trabajo diario. En este sentido, todo lo que estos colaboradores saben, por su experiencia, es fundamental para implementar la transformación digital. Antes de implementar tecnologías o transformación digital se debe tener claro el propósito. Para que ese proceso sea exitoso, las compañías necesitan la experiencia de quienes conocen muy bien la cultura y el modo de trabajo.
Fecha: 21-11-2019
Medio: OH Zom
Link: https://ohzom.com/2019/11/21/revolucion-digital-el-factor-humano-marca-la-diferencia-para-el-exito/